Pues ya que lo mencionas te diré que los famosos 17 kms entre Carrión y Calzadilla de la Cueza en una tarde calurosa de verano son bastante duros pero perfectamente asequibles. Entre Carrión y el cruce de Villotilla, donde está la célebre abadía de Benevívere, se camina por asfalto pero junto a acequias, campos más o menos verdes y paisaje no muy árido que aunque no nos da sombra alegra la vista. Es algo más de una hora. Luego entramos en la célebre calzada romana, la que recorrieron los peregrinos primitivos y antes que ellos los romanos, los visigodos y los comerciantes y campesinos medievales junto a los que fueron pasando los soldados de Urraca de Castilla y su marido Alfonso I de Aragón que se hicieron la guerra alegremente en estas tierras -no fueron un matrimonio muy bien avenido por lo que se ve. Al principio hay muchos árboles de reciente aparición, no es un tramo muy duro. Al cabo de un rato de caminar en línea recta encontramos la fuente del Hospitalejo con su área de descanso. Sólo la he encontrado manando agua una vez, y agua no potable así que sólo me sirvió para mojar el sombrero y el pañuelo y rellenar el spray. Seguimos adelante, pasamos entre dos grandes instalaciones agrícolas y encontramos otra área en la que algunas mañanas de temporada alta se instala una especie de bar ambulante que es muy apreciado. Como nunca se sabe si va a estar o no es preferible no contar con él. También hay un pozo con una bomba de extracción de agua pero nunca he logrado sacar una gota. Cuando aún falta una hora para llegar a Calzadilla, a la derecha, aparece otra área de descanso, es un cobertizo donde no hay más que banco y sombra, una sombra que resulta maravillosa porque ya se lleva mucho tiempo a pleno sol y se agradece un rato de descanso y enfiramiento de pies. No hay agua ni ningún otro medio, sólo unos contenedores. Eso sí, como el cobertizo está apoyado en una tapia alta, la parte posterior de la misma es ampliamente utilizada para menesteres que requieren cierta discreción, hay toneladas de celulosa -y de lo otro. A partir de aquí la marcha se endurece. El sol pega con fuerza, la necesidad de agua se hace cada vez mayor, como en todo final de etapa con fuerte calor, y Calzadilla de la Cueza no aparece por ninguna parte. Los que lo conocen miran con insistencia adelante y a la derecha y pronto descubren la torre del cementerio del pueblo. Será la única referencia de que ya nos acercamos pues Calzadilla está en una hondonada y no se ve hasta que se está a unos cuatrocientos metros. A la entrada a la derecha hay una fuente que es muy apreciada en esos días. 
Esto es lo que te puedo decir al respecto y si alguna vez te animas a recorrerla en un mediodía veraniego no olvides duplicar tu provisión de agua potable, no hay una gota en todo el recorrido.

Buen Camino.