A todos los que hemos realizados esos caminos en su múltiples variantes. Son momentos complicados para dar los primeros pasos en esas aventuras que tantos amamos.

En lo que a mí respecta, asiduo de muchos caminos, a cual más hermoso y que, por algo repetimos una y otra vez esa llamada que nos hace sentir la libertad, la sensación tan mágica difícil de explicar con palabras. 

Por otro lado reducir y "controlar" ese derbordamiento al que estábamos mal acostumbrados y que nos estaba llevando el camino no era nada bueno, o en otras palabras: "morir de su propio éxito".

Asi que no hay mal que por bien no venga. Quizás en los próximos años menos invasión y más calidad, más limpieza que dicho sea de paso,  buena falta hacía en algunos albergues. 

Así que con las esperadas precauciones ya reseñadas espero y seguro que anhelamos estar de nuevo disfrutando de los Caminos de Santiago.