Penedo
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Las apariencias engañan. Un "chascarrillo"

Hola a tod@s.

Roncesvalles se presentaba ante mí como la novia que siempre se quiere tener y no se tiene. Afortunadamente. Me esperaba un pueblo y lo que encontré fueron tres casas. Era Abril del 2.008.

Después de dar un vistazo general al conjunto, me puse de “cháchara” con un peregrino llamado David, malagueño él, la clásica conversación “toma de contacto”. Con las presentaciones de rigor y preguntado lo obvio, nos despedimos sin apenas adivinar que, al día siguiente, lo que algunos llaman el destino, otros la Providencia y yo la casualidad, quiso que camináramos, en compañía de otros que se nos fueron juntando, todos juntos hasta Azofra.

En primer lugar Zubiri, a continuación Cizur y después Puente La Reina, como recogiendo por los albergues a “novatos” con ganas de ser peregrinos, nos juntamos un grupo de unas siete personas, muy variopintas. Castellanos, catalanes, andaluces, gallego y el contrapunto de un peregrino italiano, que por su edad resultó el “padre” de todos nosotros.

Todo fue transcurriendo con la normalidad que el Camino nos proporciona. Llegamos a Nájera y se imponía una cena de confraternización y a la vez de despedida, se acababa la Semana Santa, y una gran mayoría de ese grupo, tenía que volverse a casa y solo dos, el italiano y yo, seguíamos.

De vuelta al albergue, el río Najerilla, le daba al ambiente una gran humedad, que ayudaba a la fina lluvia, dejando una noche desagradable en lo climatológico y que todos, para evitar calarnos, llegáramos al albergue a trote, en algunos casos, a “trote cochinero”.

Nos fuimos a la cama. Albergue lleno, ambiente caldeado, el sopor del alcohol empezó hacer efecto y en un santiamén, el que suscribe, quedó en brazos de Morfeo.

Serían las dos de la mañana, me levanté al baño, cuestión muy habitual, y en ese día, con mucho más motivo, aunque la cena no fuera copiosa, entre la cerveza y algunos chupitos, era lo esperado.

Volví a la litera, y yo, que soy de buen dormir, no podía imaginarme el acontecimiento que estaba a punto de vivir.

Soy de los que se duermen por el camino, sin llegar a la litera. Meto una pierna y sin solución de continuidad, ya estoy “roque”. No en esta ocasión.

La litera se movía, con un movimiento acompasado, digamos que “sospechoso”. Entre lo medio dormido que estaba y que ni me podía imaginar lo que estaba sucediendo en la parte superior, el caso es que tardé unos segundos en ponerme en situación. A escasos centímetros, en la parte superior, dos personas se lo estaban “pasando de miedo”. A los movimientos típicos de la litera, se unieron pronto jadeos y algún que otro susurro.

Uno que ya está metido en años y que desde ni se sabe, no se jala una rosca, creyó conveniente levantarse sin hacer ruido, más que nada, por no molestar, y dirigirme al hall de entrada que tiene el albergue. Recordaba unas mesas de madera, alargadas, con sus bancos y también recordaba, unas máquinas con bebidas y cafés. Era cuestión de tomarse algo mientras la pareja acababa los “deberes”.

¡¡¡¡¡¿Que tal guerrero……?!!!!, ¡¡¡Vaya nochecita que nos has dado!!!, ¡¡¡Qué…!!!!..¿Ya podemos irnos a dormir?. Allí estaba el grupo que me acompañaba, italiano incluido, con esas risas cómplices, con el cachondeo generalizado, haciéndome partícipe de una “noche agitada”, cuando yo era una “victima”, como ellos mismos.

Cuando trataba de hacerles ver que estaban en un error, el cachondeo se hacía todavía mayor, creyendo que buscaba excusas. No me creían y lo que era peor, no querían creerme, adivinaba que más de uno y una, deseaban que fuera cierto,dadas mis circunstancias personales.

Cuando mi insistencia les hacía entrar en dudas, algunos empezaron por excusarse y otras me salieron con aquello de …¡¡¡que pena…!!!, ¡¡¡sería tan bonito…!!!. Pero el italiano no me creía, decía que su litera estaba contigua a la mía y que lo tenía muy claro, era yo. Pues vete adentro y cerciórate, le dije.

Así fue. Al cabo de unos segundos, de vuelta, linterna en mano, me dijo :

-¡¡¡Tienes un problema..!!

-¿Yo…?, le pregunto.

-Pues si. Alguien ocupa tu litera.

Incrédulo, me dirijo al interior del dormitorio. Las luces de emergencia apenas daban luz y entre que las pupilas estaban dilatadas al venir del hall, y que las literas están demasiado juntas, tuve que volver, para pedir una linterna.

Una vez recuperada la visión, me voy a mi litera y me encuentro, efectivamente, la litera ocupada y lo que es peor, alguien estaba utilizando mi saco.

Susurrando, muevo al personaje con mi mano y enfocándolo con la linterna, me doy cuenta que es una chica.

-Esta no es tú litera y este no es tú saco- Le digo estupefacto y aún incrédulo, con un punto de mosqueo.

-Sorry, susurra.

¡¡Vaya…!!, y aún por encima extranjera.

Asisto incrédulo a su particular mudanza, sale del saco, medio se despierta, y en una jerga, que supongo inglés, habla con la persona de la litera superior, que me imagino, gustoso, le hace sitio.

Recuperado mi lugar, lo primero que se me ocurre es ponerle cara, a la mañana siguiente, a los dos personajes, pero……no tuve suerte. La litera superior estaba vacía cuando en Nájera no había amanecido.

El grupo, cuando empezábamos a caminar, dirección a Azofra, no tenía otro tema de conversación y apelando al dicho, les hice ver, que “las apariencias engañan”.

Una vez dejado Azofra, la emoción de la despedida del grupo, dejaba mucha huella emocional en mi. Tuve que hacer un esfuerzo para poder encauzar mis sentimientos, el Camino, mi primer Camino, era mi particular homenaje a ella y no se podía convertir en un "valle de lágrimas". Pensé en Grañón.

Había leído en el foro amarillo las referencias de Grañón y lo que en sí suponía, y esa lectura me hizo mella, razón por la cual el destino no podía ser otro. Grañón, era albergue y no me decepcionó.

Una vez terminada la cena que tan gentilmente habían cocinado los hospitaleros, franceses por cierto, había que irse a dormir, las colchonetas esperaban en el altillo, había sido un día complicado emocionalmente y duro en lo físico. Estaba cansado.

Me metí en el saco y me di cuenta de inmediato, el saco tenía un olor diferente al habitual, el saco olía. Era un olor característico. Era un olor de perfume. Perfume de mujer, evidentemente.

Bo Camiño.

jabeque
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Simpático relato 

José Antonio Fe...
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En el primer camino.... ahora entiendo tú "adicción" 👿👿

David Rod
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Os pasan cosas muy raras jajaja

Cristineta87
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Muy bueno, Penedo!! 

Indi
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Otros se hubieran tirado el pegote laugh

Penedo
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Hola a tod@s. Hola Indi. Je je, uno ya va peinando más canas de las deseadas como para marcarme un farol de ese calibre. 

Un abrazo Indi.

Bo Camiño.

Ma Teresa
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Qué bueno, Penedo! Menuda historia de albergue y misterio nocturno! Si el Camino enseña algo, es que nunca sabes si lo que se mueve en la litera de arriba es la fe, el espíritu del peregrino… o una historia digna de Netflix.

¡Un abrazo, amigo. Que la próxima litera te sea leve… o al menos inclusiva! 

Ahora, la mia. Burgos, llegada de grupo de peregrinos jovenes, divertidos, repartiéndose las literas. Coincido con un chico y una chica camino de las duchas. Entraron juntos en una, y yo, atontada que estaba, les iba a decir que no se preocupasen, que había mas disponibles. Se lo pasaron “pipa”!. devil

Papadopou
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Siempre había creído que lo del colchoneo en el Camino era una leyenda urbana amplificada por los faroleros de turno 😮 🤔😂

Erjonda
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Buena historia y bien contada!

Fernando Cristó...
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.

Hay guiris que están todavía con el chip aquel de Rafaela Carrá de "... hay que venir al sur". Se agradecen tus historietas, Penedo.

 .

Xavier Riera Luna
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Salud,

Sería septiembre de 2005, año arriba año abajo, en el albergue San Saturnino de Ventosa. El suelo del comedor estaba cubierto de peregrin@s dispuest@s a pasar la noche como buenamente se pudiera, cuando unos rumores insistentes fueron subiendo de volumen hasta dejar claro y perfectamente distinguible que un par de hasta el momento desconocidos habían decidido dejar de serlo y conocerse bíblicamente en ese preciso lugar y momento. De hecho se estuvieron conociendo y conociendo y conociendo mientras pasaban completamente de la docena larga de forzad@s insomnes que suspirábamos y maldecíamos sonoramente a su alrededor, algun@s por hastío y creo que algun@s otr@s por mal disimulada envidia. Hay inicios que requieren mayor insistencia así como un cierto despliegue de pirotecnia y algarabía contrarias a la discreción, y l@s compis se aplicaron en insistir alguna vez más durante la noche sin control ni mesura ni respeto por el decoro a fin y efecto de conocerse como Dios manda, bien a fondo.

Al día siguiente la nueva pareja estaba radiante, alegre, con tremendas sonrisas llenándoles las caras, y que contrastaban con los caretos ojerosos y malhumorados de l@s compis de comedor, algun@s con indisimulada envidia en la mirada.

Me admiran esas explosiones de líbido, esa intensidad animal en la seducción, ese entregarse a los sentidos pasando de lo que (y de quien) te rodea, eso es mindfulness orgánico y lo demás tonterías, y al parecer de vez en cuando en el Camino también se da. Particularmente, pensar en refocilarme conociendo bíblicamente a alguien en la litera de un albergue, rodead@s de peregrin@s y tras una etapa reglamentaria me da escalofríos de pereza, igual me he vuelto ordenado, tradicional o directamente viejo, no sé, pero me viene a la mente eso de que hay un momento para cada cosa -y un lugar. Y las lumbares, no quiero pensar en cómo estarán las lumbares al día siguiente... laugh

caminamore
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¡Qué delicia leer esta historia, Xavi! ❤️ También me imagino la delicia de esta pareja "recién hecha". Me reí mucho, no de lo que había sucedido, sino de tu exquisita y divertida manera de contarlo, con frases llenas de humor (...."conocerse bíblicamente en ese preciso lugar y momento"... 😃), entre otras.

¡Gracias, Penedo, por abrir este hilo! Es un tema delicado, pero tu manera de contar la historia, también la de Teresa y Xavi me hacen reir. Yo puedo aportar una pequeña historia de que era testigo "a distancia". En un bar una chica y un chico sentados a la mesa cerca de la mia trataban de comunicarse en una lengua común, eran de diferentes países. Salimos del bar casi en el mismo momento y fuimos a la misma dirección. Ellos iban más rápido que yo, y por un largo momento les veía a los dos delante de mí. De repente en un trayecto casi recto, con un pequeño bosque por un lado, pero sin desvíos o senderos alternativos, desaparesieron. Pensé que no me había dado cuenta de lo rápido de lo que andaban, pero por si acaso estaba atenta por las flechas. Seguí y por un rato estaba sola. Ya me había olvidado de los dos, cuando escuché voces detrás de mí. Eran ellos. Me adelantaron y me saludaron con sonrisas y caras de satisfacción. Lo de satisfacción lo pensé en este momento. ¿O era felicidad? 😃

caminamore
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Hola Xavi, he releído lo que escribí yo y también lo que escribiste tú y me entran dudas cuales quiero compartir contigo. Aunque me reí mucho de tu historia, pienso que hay dos frases con cuales alguna gente podría sentirse incómoda, hasta sentirse afectada en su profunda creencia. Me refiero a las siguientes frases: "biblicamente" y "como Dios manda".

La historia es muy divertida hasta sin estas frases. Pido perdon si alguien no lo había entendido como humor y ironía, no quiero ni con una sola palabra tocar algo que para mí es sagrado, la creencia de una persona.

Un gran abrazo ❤️

y que sigamos riéndonos de las historias divertidas que pasan en el Camino. 

Xavier Riera Luna
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Salud caminamore,

No reparé en lo que acertadamente indicas y, aunque no cambiaré nada porque es característica del necio persistir en el error me disculpo preventivamente por si a alguien pudiera ofender, nada más lejos de mi intención, coincido contigo en que el respeto a l@s demás es fundamental.

Lo del conocerse bíblicamente es algo que siempre me llamó la atención, desde las primeras lecturas. Entendí rapidamente las diferencias entre la manera de conocerse que tenían por aquel entonces, bastante a fondo por así decir, y la que tenemos ahora, frívola y superficial, que con saber el nombre, edad y ocupación ya creemos conocer a alguien. Si nos fuéramos conociendo bíblicamente a diestro y siniestro el mundo sería un lugar más amable y relajado, en eso hemos salido perdiendo.

Lo del "como Dios manda" es de esas frases que conformaron mi infancia, la llevo incrustada en la memoria y a veces sale, aunque no le doy el sentido que tenía en boca de mi madre ni pretendo ofender a nadie nombrando a Dios, la intención es más bien remitirme a la forma ya viejuna, la que había en mi infancia, de apelar a la Autoridad. En su contexto original aludía a LA forma (la única aceptable) de hacer las cosas; ahora igual sería más indicado decir que la IA o un rebaño de expertos lo han decidido y ya está, tod@s a hacer lo que diga la IA o los enteraos sin pensar, ya lo han hecho por mí.

Tampoco hay que tomarme nada en serio, al no tener TV me entretengo divagando y es sabido que a las palabras de los necios no hay que prestarles demasiada atención.

Otro abrazo para tí heart

Penedo
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Hola a tod@s. Segundo chascarrillo. 

La Faba es el paradigma, es la subida. Pendientes exigentes, piso que vete tú a saber, piedras sueltas, deposiciones de vacas, etc etc. La Faba, como toda subida que se precie, tiene curvas, algunas cerradas, muy cerradas, y otras más llevaderas. Era el año 2.011. Yo me decía, ¡¡albricias...!!, ni llueve, ni hay niebla y no hace frío. Genial, ya iba siendo hora, pensaba.

La subida no empezó muy bien. Lo oía, sí, pero no lo veía. En una de esas curvas cerradas, escuché de forma nítida algo así como : ¡¡¡Para ya....!!!, ¡¡¡Me tienes hasta los c......!!!. Inequívoco juramento.

Pasada la curva y en una recta que se adivinaba corta, vi a dos personas, una delante de la otra. La de atrás era mujer, su pelo la delataba, y el que iba delante hombre, cuestión que deduzco por el exabrupto escuchado. Pronto los alcanzo. Le deseo Buen Camino como es normal. Espérame Ju...( por razones obvias omito el nombre), así no puedo seguirte le dice la mujer. ¡¡¡Pues te jo....!!!, le contesta el susodicho.

Bufffff, mal rollo pensé, como no era mi guerra, me dije, dale zapatilla. Los dejé.

Llegué a la ansiada fuente. Me mojo un poco la cara y la cabeza, paso las primera casas y cuando me dispongo a empezar la subida propia de O Cebreiro, me encuentro a una persona tirada en el suelo y otra atendiéndola. Me intereso lógicamente. La que estaba en el suelo era una chica, rondando los treinta (que difícil se me hace ponerle años al género femenino) y el que la atendía era un chico, calvo, rondando los 40. Por los síntomas que presentaba ella, estaba en plena "pájara". Bueno pues agua va, agua viene, yo le di un plátano que llevaba encima, el chico sacó una barrita energética y poco a poco aquella mujer "volvía a la vida". 

Y sucedió lo que era previsible. Llegaron a nosotros los de la "bronca anterior". La mujer se volcó con la chica (podría ser su hija perfectamente) y él, dio marcha atrás a la fuente a coger más agua, la habíamos agotado.

Ya dispuestos a ponernos en marcha, como es lógico, empezamos todos juntos. O Cebreiro nos esperaba.

El señor del exabrupto, solícito y educado en su trato, en un aparte, me dice que no tenga mala opinión de él, que no es así con su mujer, "pero es que lleva ayer y hoy con la misma cantinela" y que no aguantó más.

Le digo que según mi opinión, estaban caminando erróneamente, ella que está con más problemas para caminar, debe de ser la que vaya primero y él, que está mejor, detrás, así ella no tendrá que esforzarse en seguirlo. El hombre reacciona como si le hubiera dicho algo inesperado, pero lógico, lo haré así, dijo, esperemos que tengas razón.

Me despido de los cuatro, yo llevo más ritmo y tengo el aliciente de que me espera mi hijo en O Cebreiro. Subo con Turbo.

Al día siguiente me quedo en el Albergue de la Xunta, en Triacastela, y hechas las labores logísticas de rigor, me voy a comer. Poca gente me encuentro, el Restaurante está casi vacío, era pronto y me pido el Menú consiguiente. Cuando ni al postre había llegado, veo a la pareja que entra al Restaurante, lo reconozco a él por ser calvo y ............acaramelados era poco, pero si, efectivamente, eran ellos. Ella lucía esplendorosa, era muy guapa, y a él se le salía el iris y demás partes del ojo viéndola. Este Santi hace milagros diarios pensé. Ellos estaban a lo que estaban, a verse y ni depararon en mi, como es lógico y natural, y no iba a ser yo quién rompiera el momento. Seguí a lo mío. 

Me disponía a pagar en la barra y en ese momento entran en el Restaurante el matrimonio de la "trifulca". El saludo que recibo estaba muy por encima de lo esperado, querían invitarme a comer, cuestión a la que me negué en rotundo, pero no pude negarme a acompañarlos mientras comían. Recuerdo que él me decía en plan gracioso, que nunca pensó que el orden de los factores, si que alterara el producto. Había subido el día anterior al Cebreiro y llegado ese día a Triacastela sin un solo problema. Ella sobretodo no sabía que hacerme, además de las más efusivas gracias.

Pasados los instantes previos, ella los observa, sin darse cuenta, salta en un gritito típico y nos dice : Mirar quienes están allí. Os podéis imaginar.

Aquella pareja de entonces, madrileños ellos, aún a día de hoy tengo contacto con ellos, me dicen que nunca más volvieron a discutir caminando, eso si, ella insiste que solo caminando.

Los tortolitos se casaron, fui testigo de su boda, tiempo ha... Hoy, para variar, están separados. En una película, el Director, no permitiría tamaño desenlace. Yo siempre que cuento esta anécdota digo que, a veces, lo que empieza muy bien acaba mal y lo que empieza mal acaba bastante mejor.

Bo Camiño

 

 

caminamore
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¿Cómo me voy a echar de menos la tele (no la tengo) si aquí puedo leer estas historias dignas de grabarlas? ¡Qué película, sí!

¡Muchas gracias, Penedo, por este entretenimiento! Saludos y muchas risas ❤️