Etapa 3: Monteleone di Spoleto - Leonessa | Al Loro

Distancia: 
12,5 km
Duración: 
3 h
Dificultad: 
2
Paisaje: 
3

SOBRE LA ETAPA:

Un día más abundan las fuentes de agua potable, ¡hasta 6 junto al Camino a lo largo de Ruscio!, y también en Villa Alesse o Villa Lucci.

Toda la ruta es ciclable salvo la bajada de Leonessa a Ruscio, que debe ser realizada por la carretera SP 470.

Si el torrente Fosso Vorga lleva mucha agua no será fácil cruzar su vado. Antes de rendirse conviene estudiar los diferentes puntos de paso, aportando incluso algunas piedras para saltar sobre ellas, o sacando el calzado y remangando los pantalones. En caso de que aún así resulte peligroso o imposible, tendremos que regresar al cruce y seguir la carretera por Villa Pulcini y Villa Bigioni. El tramo posterior al vado suele estar parcialmente encharcado y con barro.

Un modesto vado, en el Fosso Vorga, constituye la frontera regional entre la Umbria (provincia de Perugia) y el Lazio (provincia de Rieti).

Al entrar en el Lazio y aproximarnos a Leonessa comprobaremos que la mayor parte de los núcleos de población del valle se denominan “villa”. Se trata de una tradición medieval, según la cual los lugares que poseían su capilla o iglesia, aunque dependiesen de una parroquia, adquirían este título.

La planicie de Leonessa, regada por el río Corno y sus afluentes, entre ellos el Fosso Vorga, antiguamente fue un lago, colmatado con aluviones. Aparece cerrada al sur por los montes Reatini, que es donde se encuentran los manantiales de los cursos fluviales. Dichos montes superan los 2.000 m de altura, destacando entre ellos el Terminillo (2.217 m), que cuenta con una estación de esquí.

SOBRE LEONESSA:

Los peregrinos suelen sellar en el centro cultural Pro Loco, el Comune o el bar Palla, en la gran Piazza VII Aprile.

En dicha plaza se come bien en la Trattoria da Peppino, con sus platos de pasta y carnes como el abbacchio scottadito (chuletas de cordero a la brasa con verduras) o el arrosto misto (parrillada de diferentes tipos de carne), y si se quiere gastar menos en la Pizzería Su’n Piazza.

Tras San Benedetto y Santa Rita, un tercer santo, menos conocido que los citados, pero digno de admiración, aparece en nuestro Camino. Nos referimos a San Giuseppe de Leonessa (1556-1612), enterrado en el santuario levantado sobre su casa paterna. Misionero en Constantinopla pudo huir, milagrosamente, del tormento al que lo sometió el sultán turco. De regreso a Italia continuó predicando a los humildes y desheredados, destacando por su vocación social. Benedicto XIV lo canonizó en 1746.

El primer burgo del Lazio, que vivió un período de esplendor en el s. XVI con el comercio de la lana, posee un notable encanto. Accedemos a su recinto murado por la Porta Spoletina, y en el Corso San Giuseppe se alzan el santuario con la tumba del santo (s. XVIII) y la iglesia de Santa Maria del Popolo (ss. XII-XVI).

El Corso San Giuseppe desemboca en la Piazza VII Aprile, decorada con la Fontana Margaritiana o Farnesiana (1548). A ella se asoman el Ayuntamiento y la Biblioteca, y también la hermosa iglesia gótica de San Pietro, superior e inferior, con su esbelta torre; acoge ricas pinturas.

La iglesia de San Francesco, en la vía homónima, consta de una cripta de fines del s. XIII, decorada con frescos, y templo superior del s. XV, con fachada de piedra rosa renacentista. Incluye la antigua iglesia de Santa Croce, ahora capilla del Presepio, en la que se expone un Belén de 1502.

Los pencarelli son una pasta al huevo, de tradición monástica en el convento de clarisas, parecidos al espagueti. Suelen servirse con salchicha y tocino.