El Camino de Le Puy tiene a su favor un hecho histórico: la peregrinación de su obispo Godescalc a Compostela, entre 950 y 951, acompañado por una comitiva de casi 100 personas; y no sólo eso, sino sus acciones para promover el culto a la Virgen y a San Miguel en su sede, y para establecer un vínculo entre ambos santuarios fundando o apoyando prioratos y hospitales. Segundo peregrino ultrapirenaico documentado, tras un alemán del que se tiene constancia unos años antes, su acción lo convierte en uno de los primeros propagandistas de la ruta jacobea, aunque por desgracia ignoramos cuál fue el itinerario que pudo haber seguido, salvo que pasó por Pamplona y el monasterio riojano de Albelda, donde había encargado un códice a su famoso scriptorium. A día de hoy sigue siendo recordado, en la catedral podiense, al realizar la bendición de peregrinos.
El Códice Calixtino, en su libro V o guía de peregrinos, menciona el Camino de Le Puy como una de las cuatro grandes vías que atraviesan Francia, aunque sin gran detenimiento. Sorprende que en el Capítulo VIII, en el que se explaya sobre los cuerpos santos “que deben ser visitados por los peregrinos”, nada se diga sobre esta ruta, cuya única referencia es que parte de Santa María de Le Puy y pasa por Santa Fe de Conques y San Pedro de Moissac, rien plus.
Resulta por tanto curioso que la ruta más concurrida en la actualidad no fuese, precisamente, la más recomendable para los forofos de las reliquias y otras devociones, aunque también estén presentes: la Virgen Negra de Le Puy convirtió a su ciudad en un gran centro de culto mariano, y otro tanto cabe decir de Rocamadour, que pudo constituir un desvío a partir de Figeac; en Conques estaba el cuerpo de la mártir Santa Fé, traído de Agen; en Saint-Sauveur de Figeac los de los santos Vivien y Marcel, trasladados desde Saintes; en la catedral de Cahors un Santo Sudario; en Saint-Pierre de Moissac los cuerpos santos de Cipriano de Cartago, Julián de Brioude y Ferréol de Vienne; y en Aire-sur-l’Adour el de Santa Quiteria. No está mal.
El Camino de Le Puy conoció un gran movimiento en el Medievo y a posteriori, contando con una importante red asistencial dirigida a los peregrinos, desde los prioratos-hospital a las casas atendidas por donados, que pese a verse arruinada por las Guerras de Religión del s. XVI, solo se extinguió cuando la Revolución enajenó sus rentas y subastó los edificios monásticos y hospitalarios. Dos ejemplos icónicos de estos hospitales se situaban en los pasos difíciles de La Margeride y el Aubrac: el de Saint-Roch, próximo a Le Sauvage, que comienza su actividad en 1198, y la domerie d’Aubrac, fundada en 1120 por el vizconde flamenco Adelardo. A los anteriores, por su envergadura, habría que sumar el gran Hôtel-Dieu de Le Puy, y otras muchas casas situadas junto a los puentes, en medio de los bosques o en las principales poblaciones.
Si nos detenemos en los territorios y provincias históricas, nuestro viaje comienza al sur del antiguo condado de Auvernia, pues el Velay (de Le Puy) y el Gévaudan pertenecían al Languedoc. De aquí pasamos a la Guyena, con las antiguas provincias de Rouergue y Quercy. En el tramo final pisaremos el extenso país de Gascuña, a través de las circunscripciones del Condomois, Armagnac, Landas y, llegando a los Pirineos, el condado del Béarn y las provincias vascas de Soule y Baja Navarra, en su día integradas en el reino de Navarra.
Llegados al presente hemos de recordar que este Camino de Santiago fue el primero en ser recuperado y reconocido por el entonces Comité National des Sentiers de Grande Randonnée (GR 65), y que actualmente se ha convertido, con mucha diferencia, en el más conocido y transitado de los cuatro históricos, a los que podemos también sumar la Vía del Piémont. Tanto es así que por él circulan cada año más peregrinos que por todos los demás juntos.
Hasta Le Puy, desde Genève llega la Vía Gebennensis (extensión del GR 65), recorrida sobre todo por franceses, suizos y alemanes, y en España enlaza con el Camino Francés, que en Navarra sigue contando con marcas del GR 65. El Camino de Le Puy también forma parte del Sendero Europeo E-3, que va del Mar Negro (Bulgaria) al Cabo de São Vicente (Algarve, Portugal).