A Rúa, en Santiago de Compostela: La tienda más deseada por el peregrino

Vivimos en una época de malsana globalización, y por lo que respecta al mundillo de los recuerdos, entiéndase recuerdos pensados para los peregrinos, uno pasea por Compostela, de tienda en tienda, y más o menos en todas encuentra lo mismo: idénticas pulseras, imanes, postales, gorras, camisetas, botafumeiros, flechas amarillas, cruces de Santiago, etc., etc., un hartazgo, y la mayoría del género Made in China, gran producción, baja calidad, bajo coste y, en consecuencia, también bajo beneficio, pero que se multiplica por el alto consumo de la baratija.

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Óscar en su tienda, rodeado de sus recuerdos.
Óscar en su tienda, rodeado de sus recuerdos.

A quienes hemos pisado, como moradores y por largo tiempo, las calles del casco viejo compostelano nos causa desasosiego contemplar cómo uno tras otro, los locales comerciales tradicionales del casco histórico van dando paso a una especie de franquicias del baratillo y el mal gusto, demoledora imagen en más de 80 replicantes por pura pereza. Según parece, la situación es ya tan lamentable que hasta el Ayuntamiento está pensando en poner coto a este bazar limitando las licencias.

Resisten artistas y artesanos, cierto pero cada vez menos, con sus tiendas y talleres. Sin embargo, en el espectro del recuerdo la batalla parece definitivamente perdida.

Pero no todo es desolación, porque se puede estar en este mundillo con ingenio y creatividad, elaborando productos no precisamente para las élites, sino para todos, pero aportando una nota de diseño, originalidad y, sobre todo, deseo de responder a las pasiones y demandas de los peregrinos. Esto es lo que hemos encontrado en una pequeña tienda, la cual, pese a estar en una óptima ubicación, podría pasar desapercibida, aunque gracias a las redes sociales, y a la publicidad que hacen los propios clientes, se ha convertido en una meta subsidiaria de peregrinaje, todo un indicio de su éxito.

La tienda se llama A Rúa, y se sitúa en los soportales del Cantón do Toural, número 7, y también en los canales de Facebook e Instagram propios, difícil vivir sin este oxígeno.

Su artífice es Óscar, argentino residente en Lestedo, cerca de Santiago, desde hace 33 años. Comparte un estrecho y alargado espacio con su pareja, Ana, que dedica la mitad de la tienda a vender ropa femenina, dispuesta también para peregrinas que deseen cambiar el ropero cuando llegan a la meta, no está mal pensado y al parecer funciona bien.

Lo primero que nos llama la atención, ya en la parte del recuerdo puro y duro, es la concentración de objetos a la venta, con series inmensas apiladas en un espacio reducido. En un panel lucen los imanes, de cerámica y madera, nada de plástico; en otro los parches, luego hablaremos de ellos; por el suelo tallas de madera que le hace un artesano de la ciudad; por paredes, en vitrinas y colgando del techo también camisetas, bragas para el cuello, pulseras, llaveros, joyería, libretas, marcapáginas, paraguas, todo diseñado por Óscar y “encargado a talleres portugueses, que trabajan mejor que los asiáticos: ¡toca, toca y compara!, también tengo algo de los orientales, no hay color”.

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Muestrario de algunos de los alrededor de 1.700 parches diferentes.
Muestrario de algunos de los alrededor de 1.700 parches diferentes.

Destacan, como hemos apuntado, los parches para coser en la mochila o la ropa: los hay de todos los caminos, también con sus distancias exactas, innumerables modelos, y todos concebidos por Óscar, tras realizar un trabajo previo de documentación, hasta sumar ¡1.700 diferentes! Y si ve que hay demanda de algo nuevo, lo crea y lo manda estampar, la factoría de ideas y producción nunca para, al modo de una Inditex unipersonal. “La mitad de los parches, o quizá el 60%, de los que se pueden ver por las mochilas peregrinas del mundo adelante han salido de aquí y llegado a sitios como Sudáfrica o Nueva Zelanda. Eso supone mi mayor satisfacción”.

Otro de sus puntos fuertes es que todo está traducido a un montón de idiomas, y que figuran las banderas de todas las naciones peregrinas, también las autonómicas, claro. Recuerda Óscar cuando encargó la primera camiseta con el lema “No pain, no glory”, habitual del Camino y que él comercializó por vez primera; de inmediato caviló…, ¿y por qué no en otros idiomas?, dicho y hecho. Es así como comenzó una peregrinación comercial, permítasenos el símil, de lo más trillado a un nivel de especialización que ya roza, bromas aparte, lo patológico. Como ejemplo de esta depuración ahí están los parches-bandera de Hawai, donde además de la enseña oficial USA, ¡tiene la nacionalista, y hasta la independentista! ¿Quién pide más?

Óscar está presente en 269 grupos del Camino, esto a día de hoy y gracias a tanto tiempo libre que propició el Covid (otros miraban las margaritas crecer), y “es así como lo que nació espontáneamente se ha convertido en un monstruo”, con encargos desde diversos continentes y un trabajo paralelo de proveedor a otras tiendas del Camino, sobre todo del Francés entre Ponferrada y Santiago.

Volviendo a los parches, uno de los recuerdos más demandados, no le falta ni un camino jacobeo, ahora se ha adentrado en otras rutas de peregrinación o de senderismo, entre ellas muchas de Italia; los transalpinos, cuando entran en la tienda, se quedan absolutamente flipados, y muchos de ellos ni siquiera saben ubicar algunos de los itinerarios aquí presentes de su país, ni por supuesto pueden encontrar allá lo que aquí se les ofrece.

En la tienda se trabaja de sol a sol, ininterrumpidamente de 10:00 a 19:00. “Cuando abro ya hay gente esperando fuera, y no paran de entrar en todo el día”, comenta con orgullo. Y el resultado es positivo, no tanto en el plano económico, que suponemos también, aunque los precios están realmente muy contenidos, (“no está en mi intención aprovecharme de la gente”, sentencia), sino porque el trato con los peregrinos es la pasión de Óscar. Aunque por ahora solo hizo el Camino Inglés, se lo recriminamos, confiesa que cada día recorre muchos, de la mano de sus clientes, virtuales. Para ellos tiene un sello especial, uno de los últimos para las a menudo ya sobrecargadas credenciales. Este es otro valor de A Rúa reiterado por los peregrinos: la extrema paciencia y amabilidad del dueño, que en un instante acaba implicándose en su aventura.

Algo se mueve, amigos, en el universo de la turistificación banal.

Periodista especializado en el Camino de Santiago e historiador

Comentarios
topete
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Coincido con Anton Pombo sobre A Rua y Oscar: un lugar que merece ser visitado y una persona que vale la pena conocer.
David Rod
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No he ido nunca, la primera noticia que tengo.
peregrin_oh
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Lo añado a favoritos, y en octubre, cuando llegue por cuarta vez, lo visitaré
Sergio BH
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Doy fe. Es un comercio completísimo y Óscar es fantástico. Muy atento. Se volcó por nosotros y nos dedicó todo el tiempo del mundo. Además les puedes hacer encargos por correo. Una pasada de tienda!!!
Ventura1982
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De lo peor de Santiago, que no se quiere aprovechar de la gente... no hace otra cosa
Bemboy2023
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Oscar was very kind, I bought some porcelain and wood magnets there, I also bought some bracelets and my country's flag patch. I could have bought some tshirts but none is available for Via della Plata which I recently completed in 35 days. And he gave me a gift/surprise. Thank you Oscar.
Paul Palacios
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Muy bonito artículo, qué pena no haber sabido antes de Óscar y su almacén. Será visita obligada en mi próxima llegada a Santiago.