A debate el futuro de la Vía de la Plata y otros caminos zamoranos

A lo largo de la intensa jornada, en la que hemos aportado nuestro grano de arena en lo que atañe al Camino como dinamizador de los pueblos (no tanto como se piensa más allá de los tramos más explotados de los grandes itinerarios, a nivel local con alguna resurrección notable como las de Foncebadón u Olveiroa), se ha planteado un minucioso análisis de la situación, intentando concretar las causas y aportar, en menor medida, soluciones al poco alentador panorama.

La jornada fue presentada por C. Strieder, Concejal de Turismo de Zamora, que manifestó su preocupación por los efectos del cambio climático sobre la Vía de la Plata, aunque a posteriori, en su ponencia, criticó que GRONZE advierta a los peregrinos de dicha ruta sobre el riesgo que podían padecer, por las altas temperaturas, entre junio y septiembre, todo un contrasentido.

E. Fernández, vicepresidente de la Diputación de Zamora, aportó el dato de que 500 km de caminos jacobeos recorren la provincia (Vía de la Plata, Sanabrés, Zamorano-Portugués, Sureste y Levante), atravesando un total de 100 localidades que en alguna medida se benefician de ello.

Por su parte A. González, Director General de Turismo y Comisario del Camino de Santiago de la Junta de Castilla y León, reafirmó el “carácter esencial de los caminos de Santiago como vías de peregrinación”, refiriéndose al Plan Director aprobado para el Camino Francés, el Camino de Santiago por antonomasia, que también se aplicará en los restantes 15 caminos históricos y tradicionales jacobeos reconocidos oficialmente, recordando que pronto podrán ser 18 si se reconocen, como ha sucedido recientemente con la Vía Aquitania, dos itinerarios de autor (Künig y Torres) y el Aragonés-Soriano. Para optimizar los caminos cree fundamentales tres aspectos: 1. la actuación conjunta de todos los actores implicados, 2. una red de albergues de peregrinos, protegida bajo el epígrafe de la Acogida Tradicional Jacobea, y 3. el cuidado de las vías y su señalización.

José Almeida, presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Zamora —que con este Encuentro celebra sus 10 años de vida—, fue más pesimista al recordar que en 2004 un 5,5% de los peregrinos que llegaban a Compostela pasaban por Zamora, y hoy han bajado al 1,81% (probablemente menos, porque las estadísticas de la Vía de la Plata recogen a muchos usuarios que solo pisan Galicia).

La Vía de la Plata es un itinerario perfectamente definido, pues su base es la calzada romana ad Emerita Asturicam, con su prolongación meridional asumida desde Sevilla como ruta jacobea, el enlace en Astorga con el Camino Francés, y las variantes, desde Zamora, bien por Bragança, bien por las portillas de la Canda y el Padornelo (Camino Sanabrés). M. Pérez Cabezas criticó duramente el montaje turístico, auspiciado por Alsa y los municipios, que pretende promocionar la Ruta de la Plata como un recorrido turístico a través de León, Oviedo y Gijón, así como el uso del nombre de Vía de la Plata para el Camino Sanabrés u Ourensano. Precisamente el valor diferencial de la ruta es que a los 1.000 años como ruta de peregrinación compostelana hay que sumar otros 1.000 como vía romana repleta de vestigios del pasado (la propia estructura de la calzada, puentes, mansiones, miliarios, arcos, etc.). Por otra parte, el ponente puso bajo lupa algunos proyectos muy costosos de promoción de la Vía de la Plata con escaso retorno, como el extremeño de Alba Plata, reivindicando la figura de Alfonso Ramos de Castro como precursor de su recuperación.

En el ámbito del arte y la cultura de los caminos por Zamora, J.I. Martín Benito subrayó la relevancia de que en este Camino, y no en el Francés, aparezca la primera representación iconográfica del Santiago Peregrino: se trata de la imagen de Santa Marta de Tera, que ya había sido el emblema del Congreso celebrado en Zamora por la Fundación Ramos de Castro en 1993, y lo ha sido de nuevo en 2025. Otro dato significativo es que el primer monasterio de Moreruela, donde se dividen los caminos de la Plata y Sanabrés, estuvo en su inicio dedicado a Santiago.

El presidente de la Fraternidad Internacional del Camino de Santiago, J.C. Pérez, presentó el que debería ser titular para las actuaciones del mundo jacobeo asociativo en 2026, y es que “los valores del Camino solo los aporta el largo recorrido”. Estos valores de la sencillez, el esfuerzo, la solidaridad, la humildad, el silencio, la gratitud o la fraternidad, mencionados por los propios peregrinos a través de una encuesta, precisan de tiempo para manifestarse y desarrollarse. De ahí que, ante la visión reduccionista del Camino, reducido a unas pocas etapas que justifiquen la obtención del certificado de la Compostela, se ha propuesto, desde la génesis del Camino (Oviedo-León), una media distancia que permita ese crecimiento que solo el tiempo proporciona. Asimismo juzgó erróneo ese deseo de hacer un Camino en que todo esté bajo control con reservas previas o agencias, un proceder que mata la improvisación, la libertad, la aventura y la sorpresa.

Con una exposición literaria y apasionada, J.A. de la Riera exaltó el valor del compromiso, señalando que “encrucijada” es la palabra que mejor define la situación actual del Camino de Santiago. Pero “para saber qué camino elegir es necesario saber de dónde venimos”, y venimos de las enseñanzas de Elías Valiña. Incidió especialmente en cómo se impulsan hoy en día “los caminos bonitos y de postal”, y como la experiencia peregrinatoria deviene en un remedo de romería gallega. Pero la apropiación que Turismo de Galicia hace del Camino no sería posible sin la colaboración del cabildo de Santiago, actitud que contrasta con la de tantos párrocos esforzados, en todos los itinerarios, a pie de obra. A la hora de legar un camino a la posteridad propone una nueva revolución como la auspiciada por los pioneros en los años 80, con varios ejes de trabajo: 1. promover el largo recorrido, 2. reconocer y proteger la Acogida Jacobea Tradicional, 3. realizar una labor didáctica en las nuevas canteras de peregrinos, y 4. defender a ultranza el camino físico y sus símbolos.

Reforzando el segundo punto, J.M. Martínez Montañés, autor de la extensa memoria presentada al Ministerio de Cultura para incoar la declaración de la Acogida Jacobea Tradicional, entendida como la manifestación más relevante de la Hospitalidad genérica, como patrimonio intangible, enumeró un listado de argumentos a favor de esta oportunidad única, que por fortuna han retomado las CC.AA. de Navarra, Castilla y León o Asturias para superar las injustificadas reticencias de la gallega. Todo ello, además, en un momento en que el limbo jurídico en el que se desarrolla esta acogida sin ánimo de lucro, protagonizada por asociaciones jacobeas y hospitaleros voluntarios, corre riesgo de complicarse, amenazando el cierre de muchos albergues emblemáticos.

En la tarde llegó el momento culminante del Encuentro, pues en la Mesa de Hospitalidad estuvieron presentes algunos de los grandes referentes de este ejercicio de acogida en los diferentes caminos: Ernesto Bustio, del albergue de Güemes, se conectó a través de un video; estaban presentes Alex y David de Bodenaya, Milio de Grado, Ángela de Fontanillas de Castro y el cura Blas de Fuenterroble.

Para Alex es un milagro que “el Camino todavía siga manteniendo los valores tradicionales en tiempos de la turistificación”, aunque es menester recordar que “el turista busca destino, pero el peregrino sentido”. Un argumento que Blas hace suyo, en el sentido del convivir y compartir que florecen en su casa de acogida, donde los peregrinos en ocasiones conviven con personas marginadas o inmigrantes sin techo. Milio reconoció el trabajo de las administraciones, que generan infraestructura, pero son las personas y las asociaciones las que aportan contenidos, significado al Camino. David Carricondo se sincera al reconocer que el manido lema de que los hospitaleros “devuelven al Camino parte de lo que les ha dado” es realmente una falacia, ya que los hospitaleros, en realidad, “somos como vampiros”, pues nos alimentamos del trato, siempre privilegiado y enriquecedor, con los peregrinos, todo un privilegio. En cuanto a Ángela, hizo de la humildad y la sencillez en la acogida, al modo teresiano, su bandera: “en realidad no les damos nada especial, solo un trato familiar y cálido” (mucho, desde luego, en los tiempos que corren).

Como presidente de la Federación de Caminos Históricos y Tradicionales de Castilla y León, V. Sierra recurrió de nuevo a las estadísticas para asumir el estancamiento numérico de la Vía de la Plata, y su progresivo descenso porcentual en relación a los restantes caminos jacobeos. Y si bien se mantiene una importante partida desde Sevilla, uno de los puntos del más largo recorrido, también se ha multiplicado, desde 2022, la partida en Ourense capital y otros pueblos de su provincia, que actualmente representa el 60% de usuarios.

La última mesa de la jornada reunió de nuevo a C. Strieder, el concejal de Turismo de Zamora; a J.M. Polo, director de Adata, un grupo de acción local de la comarca Aliste-Tábara-Alba volcado en el renacimiento del Camino Zamorano-Portugués, que será una realidad en 2026 con su completa red de albergues; y a R. Justo, presidenta de la Asociación del Camino de Santiago del Sureste, uno de los itinerarios menores, si atendemos al número de peregrinos que lo utiliza, que pasan por Zamora, pero cuyo valor actual radica en que allí se viven y practican todavía los valores tradicionales del peregrino, que busca la soledad, y una acogida franca y sencilla.

No existen recetas clásicas, ni mágicas, para resucitar de la noche a la mañana un Camino estancado, pero sí un prontuario bastante preciso de lo que bajo ningún concepto se debe hacer. Por otra parte, incrementar el número no debiera ser el objetivo principal ni una obsesión, sino buscar la calidad humana y del trato. Es así como la Vía de la Plata, y los restantes caminos zamoranos, podrán diferenciarse y especializarse en la múltiple y variopinta oferta actual. Lo no contaminado, allí donde permanecen las “esencias”, atrae a un perfil muy interesante de peregrinos, próximo a la tipología clásica, respetuoso y en búsqueda del encuentro con la espiritualidad y la cultura. Esta puede ser la gran baza no solo del Camino Francés en la meseta, sino también de la Vía de la Plata.