La mochila: pequeña y ligera

La elección de la mochila, junto con la de las botas, es la más importante en cuanto a la preparación del material para hacer el Camino. Lo primero a decidir es su capacidad, que se mide en litros, y que determinará en buena parte el peso final pues, en general, a más capacidad más cosas se terminan cargando. Y, por supuesto, el propio peso de la mochila también es un dato a tener muy en cuenta. Es significativo que en el Camino nunca nadie se queje de llevar una mochila demasiado pequeña, pero sí hay muchos que se quejan de llevar una demasiado grande.

Para el Camino de Santiago, según nuestra opinión, la capacidad de la mochila debería estar dentro del rango que va de los 35 a los 45 litros en época de buen tiempo, y de los 50 a los 60 litros en invierno. Obviamente el frío y la nieve requieren forzosamente de más y más pesado equipamiento. El peso de la mochila no debería superar el 10% del peso corporal, con un máximo de 8 kilos.

De 35 litros: Magnífico para aquellos peregrinos dispuestos a ir con lo mínimo de lo mínimo, haciendo realidad lo de caminar ligero de equipaje. Y no son pocos los que en verano caminan, tan felices, con sus mochilas de 35 litros, y con sus chanclas y algún otro trasto colgando fuera. Y sonríen, porque la mochila les pesa 6 kilos, o menos.

De 40 litros: Sigue entrando en la categoría de las pequeñas, pero los 5 litros de diferencia respecto a la anterior nos permiten meter alguna prenda más, un poco más de holgura, y colocar las chanclas y la bolsa con los plátanos en el interior. Quizá esta sea la capacidad de la mochila ideal en la época de buen tiempo, porque sin duda también nos obligará a un considerable (y necesario) esfuerzo de selección del material, y a cargar solo con lo imprescindible.

De 45 litros: Esta ya no es pequeña, es más “normal”, y en época de buen tiempo o de entretiempo nos debe caber todo de sobras y sin excusas.

De 50 litros: Demasiado grande para la época de buen tiempo, es, al mismo tiempo, la “pequeña” de invierno (pero suficiente para muchos peregrinos).

De 55-60 litros: Solo justificable en pleno invierno.

La capacidad no es la única característica que debemos tener presente antes de comprar una mochila. Que disponga de compartimentos separados, de bolsillo superior, de bolsillos laterales en el cinturón, de almohadillados en la espalda y cintura, de cintas ajustables, de funda impermeable, de correa de ajuste pectoral, que sea anatómica y de altura regulable (las grandes), etc… de hecho las mochilas de calidad ya tienen la mayoría de estas características.

También existen mochilas específicas para mujeres intervenidas de cáncer de mama: Womansback

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