Firenze

Servicios:
Habitantes: 
366.728
Municipio: 
Firenze
Provincia: 
Firenze

Alojamientos en Firenze

 
D
A 1,5 km del Camino y el duomo, junto a la estación de Santa Maria Novella
Abierto: 
Consultad, no siempre acogen peregrinos
 
17+ €
 
52+ €
 
69+ €
Céntrico: a 1,1 km del duomo y del Camino
Abierto: 
Todo el año
 
20+ €
 
71+ €
Al otro lado del río Arno, a 1,2 km del duomo y del Camino
Abierto: 
Todo el año
 
21+ €
 
66+ €
 
93+ €
A 3,4 km del Camino y el duomo
Abierto: 
Todo el año
 
23+ €
Centro histórico
 
67+ €
Centro histórico; junto al Ponte Vecchio
 
85+ €
 
94+ €
Centro histórico
 
136+ €
 
194+ €
Centro histórico

Notas destacadas

El primer sello de nuestra credencial lo podemos poner tanto en la catedral —durante la visita turística en la taquilla, o de paso pidiendo a los vigilantes entrar un instante por la Porta dei Canonici, en el lado derecho— como (más fácil) en las oficinas de Turismo de la Piazza Stazione (junto a Santa María Novella), Via Cavour, 1 o Borgo Santa Croce, 29 (de 9:00 a 19:00, domingo hasta las 14:00).

En Piazza de la Signoria hay una fuente de libre uso con dos grifos: de uno sale agua natural, del otro con gas. ¡A llenar bidón o cantimplora!

En la ciudad existe un templo de Santiago para quienes deseen comenzar en él, pero no es católico, sino ortodoxo del rito griego. Se llama San Giacomo Soprarno y está, como su nombre indica, junto al río pero en la otra orilla (Via Borgo San Jacopo, a 200 m del Ponte Vecchio). ¿Me ponen un sello? Pues va a ser que no.

La Comunità Toscana Il Pellegrino propone algunos alojamientos que encajan con el perfil y el ambiente de un peregrino. Todos están bastante céntricos, y la mayoría regentados por comunidades religiosas.

En el cruce de Via San Gallo con Via Guelfa tenemos una estupenda opción para desayunar en el Vecchio Forno, panadería y pastelería con variedad de productos dulces y salados.

La catedral de Santa Maria del Fiore es conocida por muchas cosas, pero sobre todo por su gran cúpula renacentista, concebida por Brunelleschi y concluida en 1436. La visita es de pago, y el billete más completo incluye templo, baptisterio, subida a la cúpula y al campanile, y el Museo dell’Opera.

El Camino pasa ante el Battistero di San Giovanni (s. XI), cuyas puertas de bronce (Norte y del Paraíso) fueron realizadas, tras un célebre concurso (1401), por Lorenzo Ghiberti. Los originales, trasladados al museo, han sido sustituidos por copias.

Pasamos ante la basílica de San Lorenzo (s. XV), con su fachada inacabada, cuyas sacristías vieja y nueva fueron concebidas por Brunelleschi y Miguel Ángel, casi nada. La visita, de pago, incluye el soberbio, nunca mejor dicho, panteón de los Medici.

Visitar la Galleria Uffizi, un museo a la altura del Louvre o el Prado, es casi una obligación. Imposible, aquí, plantear una panorámica de sus obras, pero no os olvidéis de la concha más famosa de la historia del arte: aquella de la que nace Venus (Botticelli), que explica el posterior uso de este emblema por parte de los peregrinos jacobeos. Otra curiosidad es la representación que Alberto Durero hace de Santiago, un viejo canoso con cara de pocos amigos.

El museo Galleria dell'Accademia, uno de los más visitados del mundo, expone la escultura más admirada y, quizás, la más bella de todos los tiempos: David (1504) de Miguel Ángel.

El Giardino dell’Orticoltura y Orti del Parnaso (a pie de camino) es un espacio muy divertido en el que además de un bello invernadero de hierro y cristal, más una pequeña logia, podemos ver una escultura de Pinocho con el grillo y, en la parte alta, un curioso dragón cerámico que, en realidad, representa a la serpiente del Parnaso. Más serio, el Giardino dei Giusti evoca en sus árboles a los justos inmolados durante la ocupación nazi.

Es recomendable degustar sus especialidades en alguna osteria tradicional acompañadas de un Chianti Clásico. Por nuestra parte os aconsejamos que no os vayáis de la ciudad sin tomaros un helado biológico insuperable en Edoardo, junto a la cabecera del duomo, ni sin probar a muy buen precio un panino di lampredotto (bocadillo con carne del cuarto estómago de la vaca y salsa), en el Trippaio del Porcellino, puesto callejero inmediato al Mercato del Porcellino.