Fraky
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Mi camino

Viernes 26, llegada a Madrid:

la espera se convierte en nervios sentado en la estación de tren que me llevará a Madrid.

Allí me encontraré con alguien que desde la infancia es más que un amigo y al día siguiente iniciaremos juntos este Camino de San Salvador.

Por la mañana temprano otro tren nos dejará en León y según bajemos iniciaremos nuestro camino.

Tenemos pronóstico de lluvia y no poca, pero tenemos más espíritu y no flaquearemos.

 

Sábado 27, Madrid - León - La Robla: salimos de la habitación de Madrid lloviendo a mares y eso hace que nos asalten las dudas... subimos al tren, al bajarnos en León la lluvia se ha ido y recuperamos el ímpetu.

Comenzamos a andar una etapa preciosa. Avanzamos a paso ligero, parando cuando queremos, disfrutamos mucho.

El tiempo es una locura, nos llueve, nos graniza, nos hace sol. No importa, estamos en el camino.

Llegamos a La Robla y podemos recuperar fuerzas.

Lamentablemente a mí compañero le han atacado las ampollas, mañana lucharemos con ellas.

 

Domingo 28, La Robla - Poladura de la Tercia:

Unos peregrinos belgas se apiadan de mi compañero y le ofrecen un apósito para las ampollas, gracias a ello podemos continuar.

El día amaneció helado, pero sin una sola nube en el cielo. Salimos a caminar alegres y motivados.

La etapa es maravillosa. La subida y bajada de las Forcadas de San Antón quedará en mi memoria para siempre.

En la última parte de la etapa el tiempo cambia radicalmente y acaba nevando.

Llegamos a Poladura de la Tercia, nos instalamos en el albergue, comemos estupendamente en el restaurante y pasamos la tarde hablando con una pareja de peregrinos canadienses.

 

Lunes 29, Poladura de la Tercia - Llanos de Someron:

Comenzamos a caminar algo más tarde pues tenemos planeados menos kilómetros que en los días anteriores.

La etapa es dura, tanto subiendo como bajando pero a su vez preciosa, una maravilla para los sentidos.

Reflexiono mucho, unas veces a nivel personal, otras conversando con mi amigo.

Con un último esfuerzo subimos hasta Llanos de Someron.

En el albergue coincidimos con peregrinos que ya conocemos de etapas anteriores, pasamos la tarde compartiendo experiencias y disfrutando una deliciosa cena.

 

Martes 30, Llanos de Someron - La peña:

queremos madrugar, pero al final no lo hacemos tanto. Sabemos que nos espera la etapa más larga de nuestro camino y la cama es cómoda.

Comenzamos la etapa disfrutando de los paisajes de la montaña. Avanzando a buen ritmo según el terreno y los pies nos lo permiten. El día está perfecto para caminar, a ratos sol y a ratos nubes, ni frío ni calor.

Con los pies algo protestones llegamos a La Pola, decidimos parar a comer y dar descanso a los pies.

Reanudamos la marcha, en este rato el tiempo ha cambiado y todo es gris a los pocos minutos comienza a llover con intensidad.

La lluvia nos acompaña hasta La peña, dónde llegamos empapados y cansadísimos. Nos duchamos, cenamos, preparamos la mochila y damos por concluido el día.

 

Miércoles 1: La Peña - Oviedo:

Una etapa corta y algo más triste, no por el paisaje si no por saber que será la última de este camino.

La lluvia y los kilómetros de ayer pasan factura en nuestros pies, avanzamos a un ritmo menor que otros días.

Un peregrino Italiano que conocimos nos dijo que no iba a hacer esta etapa por ser más fea... Lo siento por el no sabe lo que se perdió.

Al fin llegamos a Oviedo, visitamos al Señor y casi sin tiempo para más comemos y nos montamos en un tren que nos devolverá a nuestra ciudad y nuestro día.