El Camino Francés desde Saint Jean Pied de Port, 2010

Nombre: 
Jesús
Cómo: 
A pie
Cuándo: 
2010
Recorrido: 
De Saint Jean Pied de Port a Santiago
Etapas: 
-
Experiencia: 

El primer año que empecé el camino me encantó, nunca había vivido una experiencia como ésta. Tenía reparos de hacerlo solo y ni tan solo sabía si lo acabaría, pero a medida que iba haciendo el camino y pasaban los días cada vez me iba enganchando más. El primer año hice 20 días seguidos de camino y unos 600 kilómetros, acabé con los pies destrozados por las ampollas, pero después de tantos días el camino se había convertido ya en una forma de vida para mí, me costo tener que dejarlo y volver a mi vida habitual. El año siguiente (2010) que coincidió con el Xacobeo, ya me agobió un poco por la masificación del camino y desde que lo acabé he buscado otros caminos menos transitados. El problema del camino francés es que sin querer vas a la carrera para poder llegar a tiempo y encontrar sitio en el albergue. Además en Galicia se nota que el camino es un reclamo turístico. Y qué decir de los "turigrinos" que aprovechan el camino para dormir más barato en los albergues. Aún así, fue una experiencia fabulosa, es otra manera de conocer el país y te das cuenta que con menos se puede vivir.

Dificultad: 

El camino es duro al principio, cuando el cuerpo todavía no se ha habituado a caminar con la mochila a cuestas. Haciendo el camino francés entero encuentras todo tipo de terreno. Los tramos más duros para mí fueron al salir de Saint-Jean-Pied-de-Port, con algunos quilómetros de subida constante; la subida al Alto del Perdón y posterior bajada con bastantes piedras; la subida que viene después de Villafranca de Montes de Oca también bastante pronunciada; el tramo de Carrión de Los Condes a Calzadilla de la Cueza porque se hace eterno a pesar de ser llano; en general Castilla en agosto es dura por el calor y que no encuentras sombra; la bajada de la Cruz de Ferro a Molinaseca también era dura y la subida de la Faba yendo al Cebreiro pronunciadísima.

Señalización: 

La señalización muy buena. Donde más me gustó fue en Castilla y León ya que al llegar a cada población te indicaba los servicios que podías encontrar. No me perdí en ningún momento.

Albergues: 

Hay suficientes albergues. De todas formas, donde tuve problemas para encontrar sitio fue en Galicia. El albergue de Santo Domingo de la Calzada está muy bien, aunque por las noches hay bastante ruido de gente que habla en el exterior. Muchas veces tuve que dormir en albergue privados, pero solían estar bien y la diferencia de precio con los de peregrinos (que no fuesen de donativo) no era mucha. Otros albergues que están bien son el de Roncesvalles (aunque muy masificado) y el Seminario Menor en Santiago. No me gustó el de Ponferrada, mucho calor en el albergue y lleno hasta la bandera (no hay otro en esta población).

Sugerencias a los futuros peregrinos: 

Recomiendo vivir la experiencia de hacer el camino. No tengáis reparos de hacerlo solo/a, se conoce mucha gente y te lo pasas bien. Si no estás muy habituado a hacer ejercicio, es mejor no pasar de los 20 kilómetros por etapa. Disfrutar del camino y no vayáis a la carrera pensando en encontrar sitio en el albergue, algunos privados se pueden reservar. Controlar el peso de la mochila, piensa que te va a acompañar durante todo el camino, plantéate antes lo que realmente vas a necesitar. Las ampollas pueden ser inevitables, yo por mucho que me he cuidado los pies al cabo de los días me han acabado saliendo, lo peor son los tramos de asfalto que más castigan los pies. El mejor preventivo para las ampollas es hidratarse los pies con alguna crema, sobre todo cuando acabas las etapas y no tienes que caminar más. El calor de la meseta reseca mucho, hay que hidratarse bien, protegerse del sol y llevar también protección labial. Finalmente, tener una mente abierta, en el camino todos tenemos el mismo objetivo llegar a Santiago pero en el transcurso te encuentras y conoces otros peregrinos con inquietudes parecidas a las tuyas, de nacionalidades diferentes y cada uno tiene su historia particular del camino. Cuando escuchas otras personas que te dicen "Buen Camino" te dan ánimos para seguir adelante. ¡Ultreia!