El Camino Inglés de Ferrol a Santiago, 2013

Nombre: 
Borja González Tormos
Cómo: 
A pie
Cuándo: 
Octubre de 2013
Recorrido: 
De Ferrol a Santiago
Etapas: 
5
Experiencia: 

En general la experiencia del Camino Inglés no ha podido ser mejor. Fue nuestra primera vez en el Camino y queríamos probar con uno que no fuera muy exigente ni largo. Tengo que decir que nos encantó, y ya estamos pensando en volver a aquellas tierras por un camino de más duración (Primitivo o Norte). Fuimos a principios de Octubre, y aunque algo mojados los dos primeros días, el tiempo nos acompañó. Muy recomendable para los principiantes. Es un camino corto pero precioso, eso sí, algo intenso en algunos tramos. Las dos primeras etapas discurren cerca del mar. El 1er día se rodea la ría de Ferrol hasta Pontedeume, y el segundo se pasa cerca de la ría de Betanzos donde terminamos la etapa. De ahí nos adentramos en el corazón de Galicia en la 3ª y 4ª etapa, con finales en Bruma y Sigüeiro. El 5º día de caminar solo faltan 17 o 18 km hasta Santiago desde Sigüeiro y caminando con calma se puede llegar bien a la hora de comer.

Dificultad: 

No es un camino duro, pero sí conviene estar algo preparado. Son cinco días de exigencia física y no se debe ir como si fuéramos de picnic al campo. Tener en cuenta que hay etapas de 30 km donde el agotamiento y el peso de la mochila acaban pasando factura.

El Camino en sí es poco montañoso. La 1ª etapa es prácticamente llana, hasta Neda, y los que sigan hasta Pontedeume como hicimos nosotros encontraran alguna pendiente pero poco más. Dormimos en Pontedeume.

La más de lo mismo, algún desnivel o cuesta que tendremos que sortear, sobre todo al salir de Miño donde encontramos una fuerte subida en la zona de Montecelo, tras haber pasado un puente peatonal para sortear las vías del tren y justo tras cruzar el río Lambre. Pero desde ahí hasta Betanzos nada demasiado exigente, pasamos por algún tramo de montaña entre las dos rías, aunque no mucho. Dormimos en Betanzos.

El 3er día es seguro el más duro. El camino abandona las zonas costeras y seguimos hacia el interior. El desnivel acumulado de esta etapa ronda los 800 metros. Hay que destacar que tras pasar el Bar Restaurante Casa Julia en San Paio de Vilacoba hay una fuerte subida durante 4 km muy dura, primero por camino asfaltado y luego de tierra. Al empezar la ascensión vemos a la izquierda la Igrexa de Santo Tomé, pero un señor que tocaba la campana nos dice que el cura no está y no tiene cuño. Mejor descansar y cuñar en el Bar Casa Julia antes de acometer la subida. Tras superar esta pendiente aún nos quedan algunos kilómetros hasta el albergue en la pequeña aldea de Bruma. Dormimos en Bruma.

La y última etapa fuerte es parecida a la segunda, con algunas subidas y bajadas pero nada muy reseñable. Cerca del final de la etapa tras salir de un pequeño bosque y girar a la derecha, el camino sigue en aburridísima y extenuante línea recta durante 4 o 5 kilometros hasta llegar al polígono industrial de Sigüeiro. En esta localidad (de momento) no hay albergue, solo una pensión y que cuando llegamos nosotros estaba cerrada por defunción. Tenemos que dormir en un hotel a 3 km.

El 5º día madrugamos lo justo para llegar a Santiago antes de comer. Llegamos desde el Norte así que no pasamos por el famoso Monte do Gozo. De todas formas las vistas son fantásticas. Desde Sigüeiro andamos casi todo el tiempo por campo y monte hasta las afueras de Santiago, al que accedemos cruzando un polígono industrial y los barios periféricos. En algo menos de una hora pisamos ya las céntricas calles de la capital gallega, y atravesando la calle San Francisco con sus numerosas tiendas y comercios, alcanzamos por fin nuestra meta llegando a la Plaza del Obradoiro y viendo frente a nosotros la preciosa Catedral de Santiago.

Señalización: 

La señalización muy buena. No nos perdimos. Los pocos momentos en los que tuvimos “dudas” fue a la salida de Ferrol y al cruzar alguna ciudad más o menos grande. Porque muchas de las vieiras no están en los azulejos azul y amarillo, sino en placas metálicas en el suelo. Salvo estos momentos es muy fácil seguir las señales, siempre hay algún azulejo o alguna flecha amarilla pintada que indica el Camino. Importante recordar que al estar en Galicia los azulejos van al contrario que fuera de esta comunidad, es decir desde el centro hacia los rayos.

Albergues: 

Sin problema. Hay albergues suficientes y en buenas condiciones desde el principio. En Ferrol no tuvimos ocasión de estar en el albergue, porque nuestro tren llegó a las 10:30 a la ciudad y el albergue se encuentra a 9 km de distancia, así que dormimos en un hotel y empezamos el Camino al día siguiente.

Pasamos por el albergue de Neda antes de la hora de comer, no pernoctamos aquí. Seguimos ruta hasta Pontedeume donde nos quedamos en un bonito albergue justo delante del puerto.

Al día siguiente lo mismo, comimos en Miño donde hay un albergue de la Xunta, pero seguimos la etapa hasta Betanzos donde nos esperaba un albergue casi nuevo llamado ‘Casa da Pescadeira’ en la Rua del mismo nombre, y la semana gastronómica de la tortilla de esta localidad. En algunos foros pone que no hay albergue en Betanzos, pero sí está, lo inauguraron en 2013.

Desde Betanzos nos espera una etapa hasta Bruma en la que apenas encontramos servicios, muy recomendable llevar algo de comida, y bebida suficiente. Al llegar a Bruma nos encontramos con una pequeña aldea, sin tienda ni bar, y con un pequeño y acogedor albergue a las afueras. Pedimos la cena a un Hotel/Restaurante cercano y que te la sirve un taxi, a 10€ el menú. Preguntad al señor del albergue.

La penúltima etapa la concluimos en Sigüeiro donde, al menos de momento, no hay albergue. Existe una pensión/hostal en el pueblo, pero estaba cerrada por defunción cuando estuvimos y nos hospedamos en el hotel San Vicente, a 3km de la localidad. Nosotros cenamos en un bar y fuimos ya de noche en un taxi, hay teléfonos en la parada de taxis. No es barato, pero tampoco teníamos otra opción.

Al día siguiente ya nos tocaba dormir en Santiago, donde encontraréis numerosos albergues, tanto solo para peregrinos como para todos, así como de la Xunta o privados, hay que buscar y saber dónde se quiere dormir. Por supuesto hay muchos hoteles y pensiones. Caminando por la Rua do Franco vemos gente que nos ofrece hospedaje en casas particulares adaptadas, es interesante comparar precios. Nosotros estuvimos en una, con un grupo de japoneses y la verdad que muy bien, y más económico.

Todos los señores que llevaban los albergues muy amables, no tuvimos el problema en Pontedeume que describe Israel en su experiencia (llegamos sobre las 18h, llamamos al teléfono y al rato estaba el hombre allí para abrirnos. Incluso nos indicó un bar excelente y barato donde cenar). El único regular fue Benito, o Benigno, del albergue de Bruma, que era un señor mayor muy seco en el trato, pero nada más. Su “gruñonería” resultaba simpática a todos los peregrinos que estábamos en el albergue.

Sugerencias a los futuros peregrinos: 

Es recomendable llevar siempre agua de sobra, y algo de comida, galletas o un zumo/batido… Habrá tramos de este Camino en los que no encontremos ningún servicio de bar, ni tienda, ni nada. La gente que te encuentras es por lo general muy amable, a nosotros nos dieron agua en varias ocasiones que se nos terminó, pero es aconsejable no llegar a esto por si a caso. Sobre todo la tercera y cuarta etapa son las que menos localidades, y más pequeñas atraviesas.

Disfrutad del Camino, olvidaos de todo y sentid como no lo habíais hecho antes. Es una experiencia humana y personal mucho más allá de completar unas etapas o cuñar una cartilla. Es superarse. Es vivir con quien te acompañe, es descubrir a quien conozcas por el Camino. Es hablar con la gente que te encuentras, es conmoverte con su amabilidad y simpatía. Es compartir. Es pisar la hierba, es respirar la niebla. Es el Camino.

El mejor consejo: relájate, siente y disfruta.